Australia: ¿una nueva superpotencia en renovables? Entrevista con Carlo Frigerio

En noviembre de 2019 Australia fue por unos instantes, líder mundial en energía renovable.

Los datos revelan que a las 11:50 del miércoles 6 de noviembre las energías renovables proporcionaban el 50 % de la energía suministrada a Queensland, Nueva Gales del Sur, Victoria, Tasmania y Australia Meridional: los cinco estados abastecidos por National Electricity Market (NEM), la mayor red eléctrica del país.

Australia: ¿una nueva superpotencia en renovables? Entrevista con Carlo Frigerio

La energía solar, por medio de paneles instalados en azoteas, permitió cubrir el 23,7 % del total de la demanda energética, seguida del viento, con un 15,7 %, la energía solar a gran escala, con un 8,8 %, y la hidroeléctrica, con un 1,9 %. Sin embargo, el carbón sigue siendo el principal proveedor de electricidad de la red, ya que las denominadas “plantas de carbón negro” generan el 35,7 % y las “plantas de carbón marrón” el 13,5 %.[1]

Aunque el hito duro tan solo unos minutos (la contribución media de las energías renovables durante todo el día fue de poco más del 31 %), es representativo del progreso que Australia ha hecho en los últimos años a la hora de aumentar su capacidad de generación de energía renovable.

Hasta la fecha, una parte significativa de esta capacidad renovable proviene de sistemas a pequeña escala. En 2019 Australia alcanzó su mayor producción de energía solar a pequeña escala, obteniendo 2,13 GW de sistemas fotovoltaicos solares de hasta 100 Kw entre enero y diciembre de 2019. Esto supone un aumento del 35 % frente a los 1,576 GW de 2018, que a su vez constituyeron un incremento del 50 % en comparación con los 1,076 GW de 2017.

Según Clean Energy Regulator (CER), la autoridad responsable de fomentar el uso de energía limpia en el país, los hogares y las pequeñas empresas australianas ya han instalado más de tres millones de sistemas de energía renovable a pequeña escala desde la introducción en 2001 de su plan de incentivos financieros Small-scale Renewable Energy Scheme (SRES). Estos sistemas tienen capacidad para generar o desplazar 12,9 millones de megavatios-hora (MWh) de electricidad al año.[2]

Australia: ¿una nueva superpotencia en renovables? Entrevista con Carlo Frigerio

El SRES proporciona incentivos a hogares y pequeñas empresas mediante la emisión de certificados tecnológicos a pequeña escala por cada MWh de energía renovable generada o desplazada por cualquier panel solar, aerogenerador, sistema hidráulico, calentador de agua solar o bomba de calor aerotérmica acreditado.

La mayor parte de las instalaciones a pequeña escala son sistemas de paneles solares en azoteas, que representan alrededor de un 63 % de los tres millones totales. Los calentadores de agua solares (29 %) y las bombas de calor aerotérmicas (8 %) constituyen la mayoría de los sistemas restantes.[3]

Gracias principalmente a este proyecto, a mediados de 2018 uno de cada cinco hogares australianos ya generaba su propia energía renovable y reducía las emisiones de carbono gracias a la energía solar generada mediante paneles instalados en azoteas.

El éxito del SRES va de la mano del éxito de las instalaciones a gran escala. En 2018, un informe del CER indicó que Australia estaba por delante de lo previsto en el cumplimiento del objetivo a gran escala de 33 000 GWh de generación de renovables para 2020. De hecho, el país logró alcanzar este objetivo un año antes, en 2019.

No obstante, desde entonces una serie de devastadores incendios forestales ha centrado la atención en el impacto del cambio climático. A su vez, la aparente complacencia del gobierno frente a los objetivos del Acuerdo de París dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas ha puesto en entredicho su estrategia de energía renovable a largo plazo.

Australia: ¿una nueva superpotencia en renovables? Entrevista con Carlo Frigerio

En una entrevista realizada por Abdul Latif Jameel a nuestro Director general de FRV para Australia, Carlo Frigerio, se le preguntó sobre el estado actual del mercado energético del país, el historial de inversiones exitosas de FRV y las potenciales oportunidades de cara al futuro.

¿Podría proporcionarnos una rápida visión general del mercado energético australiano?

Australia es una de las mayores economías desarrolladas en la región de Asia-Pacífico, con un crecimiento estimado del PIB del 2,3 % anual. Su crecimiento económico se refleja en sus necesidades y su consumo energético, así como en la previsión de la demanda energética en los distintos estados. Se espera que, en el futuro, la demanda siga creciendo con fuerza debido al buen rendimiento de la economía. Las previsiones a medio plazo (2018-2023) calculan una tasa anual de crecimiento energético del 2,1 %.

Actualmente, Australia obtiene alrededor del 21 % de su generación anual de electricidad de fuentes renovables, principalmente solar, eólica e hidráulica, con un pequeño porcentaje de bioenergía.

El mercado solar comenzó a despuntar en 2013, el año en que FRV comenzó la construcción de la primera granja solar a gran escala de Australia, en Royalla.

Fuimos uno de los primeros desarrolladores solares internacionales en entrar en el mercado y en ver su potencial. Desde entonces, muchos otros han seguido nuestros pasos, fomentando el desarrollo y la expansión de la energía solar hasta alcanzar una generación solar a gran escala de unos 2,5 GW.

Australia: ¿una nueva superpotencia en renovables? Entrevista con Carlo Frigerio¿Cuál es el potencial de las renovables en Australia?

Es muy positivo. En la actualidad, Australia es el segundo mayor productor y exportador de carbón del mundo, después de Indonesia, y sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles. Sin embargo, el gobierno está comprometido con llevar a cabo un amplio programa para cerrar las plantas de generación energética que funcionan con carbón. En consecuencia, está previsto que la capacidad de carbón se reduzca en 6,5 GW antes de 2030 y que 16 GW de capacidad de carbón abandonen el NEM para 2050, algo que deberá ser reemplazado.

Esta transición ya ha comenzado y cambiará drásticamente el mix energético de Australia durante los próximos años. Se abre una enorme oportunidad para que la energía solar y las renovables cubran esta brecha.

Sin embargo, para que eso ocurra el NEM necesita actualizarse con el fin de facilitar la transición energética, puesto que en algunas partes de la red la infraestructura actual no es adecuada. Esto probablemente llevará su tiempo. Esto ralentizó el ritmo de la inversión en renovables en 2019, el cual volverá a aumentar una vez se haya completado la actualización.

El impacto físico en nuestros proyectos ha sido limitado, ya que siempre elegimos nuestras ubicaciones con cuidado, pero en algunos casos esto ha afectado a los plazos.

De cara al futuro, una vez se hayan completado las actualizaciones de las líneas de transmisión, Australia dispondrá de todos los fundamentos necesarios. Nuestra posición consolidada en el país nos permite capear el temporal durante un par de años para tener aún más éxito en el futuro. Australia es una economía en crecimiento, tiene una divisa sólida y un entorno político estable, así que es un país muy seguro desde una perspectiva del riesgo crediticio.

La energía solar fotovoltaica sigue siendo la fuente de generación de energía renovable más popular a nivel mundial. ¿Ocurre lo mismo en Australia? ¿Espera que esto cambie?

Tanto la energía solar como la eólica han tenido una rápida expansión en Australia, hasta representar el 5 % y el 7 % de la capacidad total instalada en el país respectivamente.

La gran ventaja de la energía solar en comparación con la eólica es que su impacto visual es menor. Por lo general, los desarrollos eólicos son menos populares en comparación con los sistemas solares fotovoltaicos, ya que tienen un mayor impacto en el paisaje. Esto no quiere decir que se rechacen los permisos de planificación de los parques eólicos que respeten el paisaje y hayan realizado una evaluación adecuada de su impacto visual, simplemente significa que el desarrollo de un parque eólico requiere más tiempo que el de una planta solar fotovoltaica.

 

Australia: ¿una nueva superpotencia en renovables? Entrevista con Carlo Frigerio

Se ha afirmado que la era del carbón barato en Australia ha terminado, y que ahora la energía solar y la eólica son más económicas. ¿Hasta qué punto es esto cierto?

Así es. Varios estudios han demostrado que la energía solar fotovoltaica puede ofrecer una reducción del LCOE[4] en comparación con otras tecnologías en todo el mundo, y esto incluye Australia. Los cierres planificados de plantas de carbón proporcionarán la oportunidad de que otras tecnologías más competitivas cubran la brecha.

El principal impulsor es la disminución del coste de la tecnología. Sin embargo, durante los últimos dos años hemos visto grandes mejoras en la eficiencia que también reducen el coste relativo de las renovables y, por tanto, aumentan su competitividad. En el caso de la energía solar fotovoltaica un ejemplo es la introducción de módulos bifaciales: paneles solares que pueden capturar el sol en ambas superficies. FRV utilizó módulos bifaciales para los 296 MW de Potrero en México y también en nuestra granja solar de Winton en Victoria.

En los últimos cinco años los costes de los módulos fotovoltaicos han caído en más de un 80 %. En general, en estos años los costes de las instalaciones solares han disminuido significativamente en todo el mundo y se prevé que sigan bajando, aunque a un ritmo más lento. En el caso del viento, la situación es similar. Los costes de las turbinas se han reducido en un 32 % desde 2010, al mismo tiempo que ha aumentado la eficiencia de las máquinas.

FRV se ha asociado en el Reino Unido con Harmony Energy, un especialista en almacenamiento energético. También está desarrollando un proyecto en Chile que incluye el almacenamiento en baterías. ¿Cuál es la situación de Australia en términos de almacenamiento en baterías?

El almacenamiento tiene mucho sentido para Australia, especialmente para la energía solar. Por ejemplo, una fábrica podría tener su pico de producción a primera hora de la mañana y a última hora de la noche. En ese momento es cuando necesita más energía. Pero eso no coincide bien con la energía solar, cuyas horas punta tienen lugar a mitad del día. Por lo tanto, el almacenamiento en baterías nos daría más opciones para ampliar la generación fuera de las horas con más sol.

Al mismo tiempo, el almacenamiento también puede desempeñar un papel importante como estabilizador de la red, especialmente en ciertas áreas. En nuestros propios planes se incluye un proyecto en Australia Meridional con 100 MW de energía solar y una batería conjunta de 50 MW.

Manuel Pavón, Director general de FRV para Sudamérica, nos dijo en un artículo reciente que en Chile existe una creciente expectativa de que las ofertas de RFP incluyan el almacenamiento en baterías para poder suministrar energía las 24 horas del día, los 7 días de la semana. ¿Se está acercando Australia a esta etapa?

Es probable que Australia siga la misma ruta. Creo que, hasta ahora, ha habido un puñado de grandes proyectos de almacenamiento financiados por el gobierno, pero ninguna inversión privada significativa. En gran parte porque los costes tecnológicos aún son elevados. Sin embargo, en cuanto bajen, no creo que vayamos a tardar mucho en ver más actividad en el mercado.

En vista de los recientes incendios forestales en Australia, ¿cómo de favorable es la política del gobierno con las energías renovables? 

En el momento de las últimas elecciones federales (mayo de 2019), más del 80 % de los australianos quería que el gobierno adoptase más medidas para combatir el cambio climático. En Australia las renovables no solo están aceptadas, sino que el público las demanda en gran medida.

Durante los últimos meses ha habido una ola de insatisfacción con la estrategia energética del gobierno, incluso antes de la crisis de los incendios forestales. Al mirar por la ventana de mi oficina en el centro de Sídney los viernes por la tarde veía con bastante frecuencia manifestantes exigiendo más acción climática por parte del gobierno.

La estrategia energética de Australia, llamada RET tenía como objetivo alcanzar una generación de 33 GWh a través de energías renovables para 2020. Este objetivo se logró en 2019, lo cual es algo extraordinario. Sin embargo, muchas personas consideran que el gobierno federal adoptó una actitud de que podían relajarse y ya no tenían que hacer nada más, así que no se establecieron nuevas políticas en el RET.

Pero eso es precisamente lo que el sector necesita para crear un clima de inversión seguro a largo plazo. Es cierto que los distintos estados tienen sus propias políticas, pero es muy difícil si no existe una política unificada que las vincule a un nivel federal, incluyendo compromisos en torno a asuntos importantes, como las actualizaciones de las líneas de transmisión, los cierres de las plantas de carbón y la modernización de las infraestructuras. Por el momento esto no está ocurriendo.

Los incendios forestales han centrado realmente la atención en este tema y esperamos que se tomen medidas. El otro día vi un informe que afirmaba que las emisiones de gases de efecto invernadero de Australia estimadas para 2020 están solo un 1,6 % por debajo de los niveles de 2000. Por el contrario, Australia se compromete a lograr una reducción del 5 % para 2020, así que el objetivo está muy lejano. Por eso necesitamos una política federal clara y ambiciosa respecto a la energía renovable.

Con la falta de claridad del gobierno federal y las continuas actualizaciones a la NEM, ¿espera que los próximos dos años sean un poco más tranquilos en términos de desarrollos? 

Sí. Sin duda, van a ser un poco más calmados en comparación con 2017/2018. Sin embargo, seguirá habiendo oportunidades. Cuando las cosas se complican, esto ofrece una oportunidad para los desarrolladores que ya tienen presencia consolidada en Australia, como FRV. Todo se reduce a la calidad de su cartera. Nuestra cartera es sólida y seguiremos desarrollando y proporcionando proyectos de alta calidad.

Ahora FRV cuenta con seis proyectos en Australia y ha invertido más de 700 millones de USD desde 2012. Desde su punto de vista ¿cuáles son las próximas grandes oportunidades para FRV?

Australia sigue siendo una tierra de oportunidades para FRV. FRV goza de una posición de liderazgo y de una credibilidad sólida en el mercado australiano, que está previsto que tenga un sector de generación de energías renovables robusto durante los próximos años.

Australia: ¿una nueva superpotencia en renovables? Entrevista con Carlo Frigerio

Goonumbla (68,7 MW), nuestro quinto proyecto en Australia, en Nueva Gales del Sur, está en construcción en este momento. También estamos avanzando con nuestra sexta granja solar Winton, en Victoria, de 85 MW para la que hemos alcanzado el cierre financiero en febrero de este año, y acabamos de firmar un PPA con Snowy Hydro para el suministro de la energía solar generada por la planta de Sebastopol de 90 MW ubicada en el Estado de Nueva Gales del Sur, Australia.

Nuestra trayectoria y la solidez de nuestra estrategia harán que FRV seguirá desempeñando un papel clave en el espacio de las energías renovables australianas. La diversificación tecnológica, junto con el almacenamiento energético y potencialmente la energía eólica, nos permitirá consolidar y reforzar aún más nuestra cartera en Australia. Así que, permanezcan atentos…

Fuente: alj.com

[1] https://reneweconomy.com.au/australias-main-grid-reaches-50-per-cent-renewables-for-first-time-17935/

[2] Los australianos instalan un récord de tres millones de sistemas de energía renovable a pequeña escala

[3] Los australianos instalan un récord de tres millones de sistemas de energía renovable a pequeña escala

[4] LCOE = valor nivelado de la electricidad (Levelized Cost of Electricity), una medida utilizada para evaluar y comparar métodos alternativos de producción energética. El LCOE de un activo generador de energía se puede considerar como el coste total medio de su construcción y funcionamiento, por unidad de electricidad total generada durante la vida útil prevista)